MILENIO 3
MILENIO 3, una forma de ver la vida
Publicado el 29/06/2015Las despedidas cuando son inesperadas, duelen muchísimo más. Como un puñetazo en la boca, como un amigo cuando parte, como un familiar, cuando se va...
Pocos o prácticamente ninguno de los presentes conocía la decisión que Iker Jiménez, Carmen Porter y el resto del equipo que desde hace 15 años formaba "Milenio 3" habían tomado, cogiendo con el paso cambiado a millones de fieles oyentes, devotos del misterio o "Milenarios" como les gustaba hacerse llamar, personas que como yo, les encantaba acurrucarse en la cama, apagar las luces y dejarse llevar a otras realidades, a otros mundos que Iker y su equipo trasmitían desde hacía tantos años con espantosa precisión quirúrgica, con ambientaciones totalmente envolventes que te hacían sentir especial, atento, diferente...
Gracias al viaje de este quijote de nuestra era, todos aceptamos de muy buen grado tomarnos un buen día (antes o después, años ha habido para aceptarla) esa pastilla de color roja que Iker, como si fuera Morfeo en la trilogía Mátrix, nos ayudó a tragar, convirtiéndonos desde aquél día hasta estos mismos momentos en los que estoy escribiendo estas líneas en un inconformista de la realidad impuesta, en un ser que se pregunta el porqué de todo lo que nos rodea, en un buscador de opiniones y verdades que no salen en los periódicos, o siquiera en las primeras páginas web que te dan como resultado buscadores generalistas como "Google".
Milenio 3 se hizo un compañero del día a día, un miembro más de la familia, una presencia que se dejaba oír con esa sinceridad cristalina en los momentos en los que más necesitabas escuchar a esas voces amigas que, ya fuera en la otra punta del mundo o en el rincón favorito de tu hogar, entraban por tus oídos como un chute de morfina, motivando algunas veces, otras, calmando a nuestros demonios personales, pero siempre haciéndonos mejores personas, mas despiertas, mas preguntonas, mas especiales...
Así pues, con gran pesar y mil "porqués", una madrugada de un sábado cualquiera nos encontramos sin ningún tipo de anestesia total, ni reloj de cuenta atrás con la crónica de una muerte no anunciada, es quizá ese gran dolor el que todos los Milenarios compartimos en la última emisión de Milenio 3, el dolor y el desasosiego que nos hizo comprender y afirmar lo que todos ya sabíamos desde hace años, que no era un programa más.
Noche difícil de olvidar, miles de lágrimas derramadas por oyentes alrededor del planeta pero también desde el estudio de la Cadena Ser, con el pequeño flexo que desde hace tantos años usaba sabiamente Iker para separar la luz de entre las tinieblas, y que hacía que la comunión entre oyentes y comunicadores fuera total; Lloramos nosotros, lloraron ellos...
Iker prometió no dejar a sus oyentes huérfanos, han sido 14 temporadas de aprendizaje a saber caminar y a preguntarse el porqué de las cosas, un aprendizaje que, como todo buen maestro sabe, debe acabar con la rotura de lazos entre maestro y alumno. Nos quitaron la red de seguridad, no sin antes saber de antemano que sabríamos saltar entre trapecios sin dar con nuestros huesos en el frío cemento de este circo tan peculiar llamado "vida".
Pero como buen maestro, como buen padre nos advirtió y colmó nuestros nervios diciéndonos que él siempre estará ahí, que no caminaremos solos, que el camino sigue; Cambian los caminos, no las personas...
Personalmente, agradecer infinitamente todos los años en los que he hecho de Milenio 3 mi programa de cabecera, una forma de ver la vida, y una fuente de inspiración para aplicar tantos conocimientos y filtros que, a simple vista no hubiera sido capaz de ver. Supongo que al leer estas líneas, muchos de vosotros, así como mis compañeros en Proyecto Misterio sabrán exactamente a qué me refiero, a la pasión por dar el siguiente paso, a saltar esa valla, a encender el candil en la habitación más oscura, a preguntarnos si todo acaba en esta pared, o podemos romperla y seguir más allá con la ilusión y ambición del primer día...
Y ya para acabar, no despedirme sin agradecer humildemente, desde estas líneas a Iker Jiménez, Carmen Porter, Enrique de Vicente, Santiago Camacho, Diego Marañón, Javi Pérez Campos, Teo Rodríguez, Clara Tahoces y el resto del grandísimo equipo que durante años y años ha conformado esa alineación de "Champions League" llamada Milenio 3, una de las mejores experiencias que hemos podido vivir, que, con el último pitido de las señales horarias se fue como parte importante de mi vida, una parte que quién sabe si volverá, pero que desde luego, ya forma parte de mí, y a la que no quiero ni voy a defraudar...
Gracias, por despertarme.
Sam D.