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Investigación Ona de Sants Montjuïc: la noche de los difuntos (parte 2)

Ona de Sants Montjuïc IV

Investigación Ona de Sants Montjuïc: la noche de los difuntos (parte 2)

Publicado el 21/08/2015

Cuarta parte de la historia de Proyecto Misterio en Ona de Sants. En esta ocasión, Sebastián Martínez narra lo que sucedió durante el programa especial emitido la noche de los difuntos del año 2011.


La primera parte del programa había terminado, Daniel Rodellas y su mujer se tenían que marchar. Alguien de los presentes les invitó para quedarse a vivir la experiencia de la Ouija pero, pese a agradecer el gesto, declinaron la oferta.

Pablo me esperaba en la pecera. Habíamos escuchado algo extraño en vivo. -Una risa-, en efecto, él lo corroboró. La única prueba eran nuestros ojos y un papel. Era extraño. La noche había transcurrido con total normalidad. A parte de lo que me sucedió con la taquilla, en las últimas semanas no había notado nada fuera de lugar ni nadie me había comentado nada. ¿Sería una interferencia? Era la única explicación. Además, aquello no encajaba con la realidad del momento. Nuestra realidad...

Tomamos un receso, se notaba el ansia por empezar. Muchos de los presentes nunca habíamos visto una ouija en directo, quizás no nos interesaba el hecho de "jugar" con esa tabla debido a las consecuencias que podría acarrear. En la sala de nuevo, MJ al mando y Pedro Poch de apoyo junto a Pablo López. El máster, aquel objeto que se usa para encadenar palabras, se empezó a mover...cada vez más rápido. Los presentes, sobretodo los que habían puesto el dedo en la ouija (me incluyo), tenían la mirada fijada en aquella mesa de símbolos, números, frases hechas y letras. No podíamos atender a lo que nos sucedía alrededor, el magnetismo de esa cosa hizo que perdiéramos la percepción de lo real. MJ estaba muy tranquila y la Ouija empezó a hacer de las suyas. Es muy frustrante y aterrador cuando "eso" decide echarte, y en dos ocasiones. Cuando un máster se te acercas, no ves simplemente que un vaso de cristal se acerca a ti, ves a un ser que quiere algo de ti (o nada).

La Ouija transcurría con "normalidad", sin incidentes. Cualquiera que escuche el programa de la noche de los difuntos puede pensar que es lo habitual. Sin embargo, algo más sucedió. Una voz, un sonido, varias anomalías se colaron por el canal de audio. ¿A caso alguien estaría pinchando la señal? Con el espanto metido en el cuerpo, escuchamos algo que parecía el sonido del mismísimo infierno. Una voz nos contestaba de vez en cuando. ¿Cómo podía ser? En esos momentos decides seguir adelante o parar, ahondar en el misterio o detenerte. Sólo faltaba que Pedro Vallespin captara lo que parecían parafonías en directo y nos las hiciera escuchar. De todos modos, seguimos. Guillem, el más escépctico de todos buscó y rebuscó. ¿De dónde venía aquella voz? Tras unos minutos de cacería dieron con la clave, con la aterradora realidad. La voz y los sonidos 'del infierno' provenían sólo de un lugar: el micro que estaba encima de la Ouija. Sí, sólo de ese micrófono, de ninguno más.

Cabe recordar que estábamos en una sala de grabación. Sillas, una mesa y 5 micrófonos, cada uno apuntando a un lado distinto para albergar a cinco invitados. Ese micrófono iba a su aire, estaba captando sonidos de otra dimensión. Posiblemente, ese fue el momento cumbre de la noche.

Explicar todos los detalles de una velada como aquella es bastante duro. Por eso, en la parte superior os facilitamos un reproductor en el que podrás escuchar todo lo que sucedió. El misterio se apoderó de aquel lugar y se marchó, aunque no para siempre...

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